9 de noviembre de 2009

Ausencia

Y no sé que hacer.

Te observo y la tarde cae. Hojas que escapan del árbol que las ha cuidado todo el verano.

¿Te hablo? ¿callo? ¿me escondo? ¿grito?

Una fotografía me dice que aún no te has ido, que tu cuerpo sigue conmigo. Pero el eco de esta habitación no miente, tu presencia es ausencia, silencio que rebota en estas cuatro paredes y taladra cada uno de mis sentidos. Y juego a cerrar los ojos, a darte la espalda. A dejar de respirar.

Uno, dos, tres, diez, veinte...

¡Aire!

Si es que suspiras, me robas el alma.

Me miras sin mirarme. Ya es de noche. Te desvaneces en la oscuridad y el viento que sopla ahí afuera, en la ciudad que impaciente espera que abras la puerta y te marches.

Miro la fotografía. No estás más ahí.

Han pasado los años. Tu ausencia es presencia en mis recuerdos. Y no sé que hacer.

Sólo puedo extrañarte.

Y dejarte una rosa donde descansan tus cenizas.

Cuando vuelva a casa... algún día.

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